4.2.09

Poblado de Malamoneda, Hontanar (I)


La torre de Malamoneda fue construida en el siglo XIII, y constituyó, junto a el castillo de Malamoneda, fortaleza y refugio de los pobladores de Malamoneda, cuyas casas subsisten aún pero vacías desde hace pocos años.Este paraje fue reconquistado en el siglo XII, aunque ya debió estar poblado siglos antes, ya que, hasta hace pocos años podían verse restos de construcciones romanas, y existen pruebas de que el lugar fue habitado desde la edad del bronce.Fue repoblado por el caballero Alfonso Téllez, quien en 1210 recibía de Alfonso VIII este lugar. En 1226 lo vendió al arzobispo Jiménez de Rada, junto con Dos Hermanas y otras aldeas de los Montes, pobladas por el mismo luchador. Vuelto a la corona bajo Fernando III el Santo, compró todos los Montes que llevaban su nombre el Ayuntamiento toledano al rey, en 1246, por 45.000 maravedís de oro, siendo ya de la ciudad hasta la desamortización civil del siglo XIX.También se sabe que estuvo en manos de la Orden del Temple.
Su estado de conservación es muy malo. De la torre no queda más que una mitad, rodeada por una pequeña explotación gaanadera de ovino.
Existe el llamado yacimiento arqueológico de Malamoneda: está compuesto fundamentalmente por un hábitat, necrópolis y estructuras militares correspondientes a las etapas hispanorromana, visigoda, musulmana, alto y bajo medievales cristianas, así como un despoblado desde finales del siglo XVI hasta el siglo XX donde aparece denominado como Malamonedilla. A pesar de la figura de protección que tiene, no existe ninguna estructura informativa para llegar o interpretar todo lo que allí se encuentra.
Existe una incrpción romana que denota que fué una zona habitada desde muy antiguo:
1) Dis Manib/us Caecilia / Parata Ca/ecili Severi/ni f(ilia) an(norum) / XV h(ic) s(ita) e(st) s(it) / t(ibi) t(erra) l(evis) 2) [Dis M]a[nibus] / Caecilius [Se]/ver[i]nus a[n(norum)] / [XX]XV h(ic) s(itus) e(st) / s(it) t(ibi) t(erra) l(evis)Esto es, marcan las tumbas de Cecilio Severino, de 35 años (o quizá 45) y de su hija Cecilia Parata, que habitaban sin duda en alguna finca inmediata.


















2 comentarios:

Esther Morán dijo...

Si mis profesores de historia se hubieran parecido un poco a ti, no hubiera sido una asignatura atragantada jajajajaja.
Ahora me tengo que poner al día. Gracias por documentar tan bien tus imágenes.

Chuskir dijo...

Le rogaría que se pusiera en contacto con nuestra editorial, para solicitarle su autorización, para publicar una imagen suya en una publicación.

Esperamos su respuesta y su colaboración.

SALUDOS

Mar TRAVER

mar.traver@anuariosculturales.es